Tirando largos...

Es un recorrido por los mil y un largo recorridos de cuerda por mis paseos de la vertical de un lado y de otro del planeta

jueves, 25 de agosto de 2011

Rabada & Navarra , al Fire.

Muchas son las veces que hemos disfrutado de esta ascensión, pero recuerdo con gran emoción la primera vez que subí por esta gran mole de piedra. Todavía recuerdo la atmósfera que me rodeaba y me venia a la cabeza el respirar de Alberto y Ernesto cuando surcarón por esta pared virgen un mes de octubre, sintiendo el rocio de la mañana sobre sus sacos de dormir y sus cuerdas mojadas.
Mi primera vez al fire fue algo diferente..., Juanito y yo íbamos cargados hasta los dientes con un montón de fisureros, cordinillos y algún que otro friend, de esos rígidos , prestados por un amigo. Eramos los mas lanzados de la cuadrilla de los sube piedras del barrio y tenian fé los colegas de que nos fuera bien. Uno de los colegas vino de propio con nosotros para seguir la escalada desde abajo, eso sí, bien provisto de cervezas y algún que otro estupefaciente. La intención era hacer las tres Rabada & Navarro antes de hacer el servicio militar. Era una mañana de mayo , fresca y soleada..., empezamos con el jodido palito..., empieza el que mas largo lo tenga..., como siempre , era yo..." El tamaño veo que si importa "...
Empiezo visualizando un cordino, antes de una travesía..., poco a poco empezamos a tomar altura, un largo tras otro, vamos viendo restos de clavos y algún que otro buril, que chapamos con buen agrado..., las chimeneas, la travesía de la francesa, con su clavo característico de "medio fuera, medio dentro" y los largos estrella del torreón. Juanito empieza hacer vuelo sin motor en los Mallos , un  pequeño bolo al romperse le hace volar por el espacio molecular , en el ultimo largo vertical del torreón....
"" AHHHHhhhhhhhhhhh"....."Plashhhhhhhhhhhh".....
¡¡ Estas bien !!
Veo , como pasa por encima de mi pasando la reunión ¡¡ Valla viaje !!
- Si, si...., estoy bien..., me duelen los huevos, pero estoy bien.....
Creo que voló mas de treinta metros ...y le paro un puto clavo y mis riñones..., Ya no meten clavos como los de antes, pense.
Despues del susto, retomo el largo y surco hasta la cima, luego subí yo y observe , en el estado que había quedado el clavo y la dificultad que me llevo desmosquetonear el mosquetón de la cinta, guardándola a un lado del arnés, para no mezclarla con las demás, ya que el mosquetón andaba un poco descojonado. Llegando a la cima , nos juntamos en un abrazo y minutos después  un bajón de mi buen amigo Juanito , al sentir el miedo y la muerte cerca. Entre el y yo solo había un clavo y mas de doscientos metros bajo nuestros pies, que hubiéramos sentido si no fuera por aquel amarrado clavo puesto con maestría por aquellos primeros ascensionistas. A la bajada nos encontramos con Miguel , que nos esperaba ansiado , el cual pudo ver de primera mano el vuelo y un grito aterrador que venia de las alturas..., nos reímos y nos fuimos a tomar unas cervezas para retomar fuerzas , comentar la ascensión y recordar el valor de los grandes alpinistas como fueron Ernesto Rabada y Alberto Navarro.

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